10 de Noviembre de 2025
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Los sondeos suelen atraer a las personas que están más interesadas en participar, muchas de las cuales ya tienen clara su decisión. Esto puede sub representar a quienes no tienen interés en la política y que ahora, con el voto obligatorio, deberán manifestar alguna opción. Académicos UC expertos en el tema señalan que es más probable ellos decidan su voto poco antes de la elección y por factores distintos.
Por Josefina Lira
¿Quién crees que será el próximo presidente/a de Chile? Es una de las preguntas más escuchadas en estos últimos meses, previo a las elecciones presidenciales que se realizarán el 16 de noviembre. Pero no solo se habla de los candidatos, sino que también de las encuestas.
Cadem, Criteria y CEP son algunos de los sondeos más conocidos que muestran cómo va la carrera presidencial y las variaciones que presentan los apoyos ciudadanos semana a semana. Y aunque miden lo mismo, sus resultados son diferentes.
Hay dos factores importantes a considerar al momento de interpretar las encuestas, detalla Cristián Ayala, director de la Dirección de Estudios Sociales UC (DESUC): la metodología y las personas que participan.
En la encuesta Cadem, el formato es un panel online; la de Criteria es telefónica; y la del CEP, presencial. “Uno debiese ver con ojo crítico la ficha metodológica de las encuestas. Y quiero dejar bien claro algo: cada encuesta tiene sus ventajas y desventajas”, recalca el experto.
Por ejemplo, explica, en los sondeos online, las personas que responden suelen tener interés en expresar su opinión. En las mediciones telefónicas, aunque también participan personas dispuestas a conversar y dedicar tiempo, es posible encontrar algunas con menor interés político.
En cambio, en las encuestas presenciales los participantes abarcan perfiles y edades más diversos, lo que —según el especialista— permite obtener “una mejor foto de lo que opina el ciudadano chileno promedio”.
Las encuestas también responden al concepto fit for purpose, es decir, qué tan adecuadas son para el objetivo que se busca.
“Las mediciones online o telefónicas pueden obtenerse en pocos días o semanas, lo que se ajusta al ritmo de los medios de información. Sin embargo, suelen atraer a personas más interesadas en participar, lo que puede dificultar entender, por ejemplo, a quienes aún no saben por quién votar. Esto hay que tomarlo en consideración cuando uno interpreta los datos” – Cristián Ayala, director DESUC.
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“Las mediciones online o telefónicas pueden obtenerse en pocos días o semanas, lo que se ajusta al ritmo de los medios de información. Sin embargo, suelen atraer a personas más interesadas en participar, lo que puede dificultar entender, por ejemplo, a quienes aún no saben por quién votar. Esto hay que tomarlo en consideración cuando uno interpreta los datos”, explica el experto.
La “mayoría silenciosa”
La elección del 16 de noviembre es la primera presidencial que se realiza con voto obligatorio e inscripción automática, modalidad que se instauró en 2022. Desde 1989 hasta 2012, el sistema contemplaba inscripción voluntaria y voto obligatorio, y luego se implementó inscripción automática y voto voluntario.
El voto obligatorio crea una fuente de incertidumbre en los resultados, según comenta Roberto González, académico UC experto en psicología política y director alterno del Centro de Medición UC (MIDE UC), ya que para estas elecciones hay más de 5 millones de personas que van a votar por primera vez.
“Puede ocurrir que efectivamente las encuestas no estén capturando a las personas que históricamente no han votado”, Roberto González, académico UC.
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“Muchas de estas personas que antes no votaban porque no tenían la motivación, coinciden con personas con menor interés en la política y menor motivación de participación; son más críticas y están decepcionadas del sistema político. Y no necesariamente están más motivadas a responder encuestas. Entonces, puede ocurrir que efectivamente las encuestas no estén capturando a las personas que históricamente no han votado”, explica el experto.
William Porath, académico de la Facultad de Comunicaciones, acuñó el término “mayoría silenciosa” para referirse a aquellas personas que se verán obligadas a votar este 16 de noviembre, pero que no tienen el interés político necesario como para participar en los sondeos.
“La sociedad ha cambiado mucho y las encuestas intentan seguirle el ritmo a este público cambiante. Han buscado distintas formas de hacerlo, porque las encuestas domiciliarias son muy difíciles, caras y lentas, y eso ocurre en todo el mundo, no solo en Chile. Pero cuando se hace una encuesta política, el sesgo de selección es clave, porque la gente a la que no le gusta la política, que le aburre, que la desprecia o que no sabe, se autoexcluye”, afirma el profesor UC.
Aunque las encuestas indiquen las tendencias de voto de la población y generen expectativa, según el psicólogo, el factor que más influencia ejerce sobre las personas indecisas es su círculo cercano.
“Son mucho más potentes las fuentes de influencia normativa de los pares, los amigos, los familiares, las personas cercanas a los votantes, quienes tienen mayor probabilidad de incidir en las posiciones que adoptan al momento de votar”, dice.
Por su parte, Porath añade que es fundamental insertarse en los grupos de redes sociales (entendidos como grupos de personas) de los votantes indecisos. “La mejor publicidad política la hace el contacto personal, el hecho de que uno de mis contactos me mande una propaganda, un link, una entrevista que dio el candidato que él favorece, y yo diga: bueno, este candidato está siendo favorecido por mi amigo”, explica.
Y aunque hoy las campañas ya no se hagan cara a cara, el éxito de estas recae en lo mismo, afirma el académico: en cuánto se movilicen los seguidores de los distintos candidatos.
“El conocimiento para hacer un video viral no es secreto para nadie. El problema es que, para que se haga viral, lo tiene que viralizar alguien. Y ese alguien son personas que se convencen tanto de un candidato que están dispuestas a gastar su tiempo en difundir sus ideas, a costa de arriesgar la amistad que puedan tener con otras personas en determinadas redes como WhatsApp, Instagram o TikTok” – William Porath, académico UC.
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“El conocimiento para hacer un video viral no es secreto para nadie. El problema es que, para que se haga viral, lo tiene que viralizar alguien. Y ese alguien son personas que se convencen tanto de un candidato que están dispuestas a gastar su tiempo en difundir sus ideas, a costa de arriesgar la amistad que puedan tener con otras personas en determinadas redes como WhatsApp, Instagram o TikTok”, afirma el académico.
La veda de encuestas
El sábado 1 de noviembre finalizó el plazo para divulgar resultados de encuestas electorales, por la Ley de Votaciones Populares y Escrutinios, la cual indica que, dentro de los 15 días previos a una elección o plebiscito, no se podrán difundir pronósticos electorales.
La medida busca proteger a los electores al evitar la difusión de encuestas, para impedir que influyan en su decisión, resguardar la libertad de opinión, prevenir la manipulación política y garantizar la integridad del proceso electoral.
“Yo soy crítico con esta medida. Al final se transforma en una pantomima, porque toda la gente interesada en conocer encuestas las tiene, y esto favorece especulaciones que no tienen mucho sentido, porque circulan encuestas que efectivamente son medias raras, que no se sabe de dónde vienen. Las personas que están poco interesadas en política no van a ver encuestas. Proteger a alguien que en realidad no necesita ser protegido no hace sentido”, dice Cristián Ayala.
