11 de Octubre de 2025
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Según el último informe del Servicio Nacional de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia (SNPE), de los 5.095 niños, niñas y adolescentes que hoy permanecen en cuidado residencial, 705 tienen menos de 3 años de edad, pese a que -por ley- deberían estar en familias de acogida. Esto les impide contar con un cuidador estable en etapas críticas de apego. Para enfrentar este escenario, la UC y el SNPE firmaron un convenio que busca crear espacios de colaboración orientados a priorizar los intereses de los NNA.
Por Josefina Lira
Los niños, niñas y adolescentes (NNA) tienen derecho a ser protegidos contra toda forma de abandono, crueldad y explotación, tal como lo proclama la Declaración de los Derechos del Niño de la ONU. Una realidad que contrasta con la situación de los NNA gravemente vulnerados, quienes han sufrido daño, peligro o explotación.
A agosto de este año, 115.558 niños, niñas y adolescentes fueron atendidos por programas del Servicio Nacional de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia (ex Sename), según el último informe de la entidad.
De ellos, 5.095 se encuentran en residencias y 10.353 en familias de acogida. Uno de los datos más preocupantes es que 705 de los niños y niñas que están en residencias aún no cumplen los 3 años. Esto ocurre a pesar de que la Ley 21.430 establece la prohibición general de enviar a niños menores de edad a residencias, promoviendo su permanencia en la familia de origen o con familias de acogida como primera opción de cuidado. El ingreso a cuidado residencial se considera una medida excepcional y transitoria.
El “apego seguro” que ofrecen las familias de acogida
Carolina Muñoz, académica de la Escuela de Trabajo Social UC, explicó que los NNA, al estar bajo el cuidado alternativo residencial, pueden desarrollar dificultades al establecer relaciones de confianza, por no contar con un cuidador estable en etapas críticas de apego, ya que los cuidadores en residencias son transitorios, cambian según turnos y tienen una alta rotación.
demás, corren el riesgo de verse afectados por problemas de salud mental que no son tratados oportunamente. “Cuando existen entradas y salidas al sistema de cuidado alternativo, las causales de ingreso aumentan en su grado de vulneración y se ha evidenciado que las conductas suicidas aumentan”, agregó la experta.
Por otro lado, afirmó la académica, las familias de acogida ofrecen mayores oportunidades de relaciones de apego seguro, ya que mitigan los riesgos de desconfianza al establecer lazos afectivos en la adultez, junto con favorecer la autoestima e identidad y reducir sentimientos de inseguridad.
“Las familias de acogida externa deben ser consideradas colaboradores de los servicios de protección, no otros usuarios del sistema” – Carolina Muñoz, académica UC.
Las familias de acogida externa deben ser consideradas colaboradores de los servicios de protección, no otros usuarios del sistema”, enfatizó Carolina Muñoz.
En busca de espacios de colaboración para priorizar los intereses de los NNA
Algunos de los fenómenos que afectan la protección especializada son el reclutamiento temprano por parte de bandas delictuales, la violencia, la interrupción de trayectorias educativas, entre otros.
La Universidad Católica junto al Servicio Nacional de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia (SNPE), firmó este jueves 25 de septiembre una alianza con el objetivo de crear un memorándum que establezca relaciones de colaboración y cooperación entre ambas instituciones.
“Esta alianza con la Universidad Católica es una señal concreta del compromiso que como país debemos asumir con la infancia. Nos permitirá fortalecer la protección especializada, avanzar en el cuidado en familia y en la atención en salud mental de niños, niñas y adolescentes. Solo mediante el trabajo conjunto podremos garantizar que cada uno de ellos crezca en entornos seguros, con amor, confianza y pleno respeto a sus derechos”, dijo Claudio Castillo, director del SNPE.
El propósito es apoyar al servicio a garantizar la protección especializada de NNA gravemente amenazados o vulnerados en sus derechos, la restitución de estos, la reparación del daño producido y la prevención de nuevas vulneraciones.
Una de las áreas prioritarias será el fortalecimiento del sistema de familias de acogida, junto con la atención en salud mental, con foco en la prevención del suicidio, el consumo de drogas y la responsabilidad penal adolescente.
También se abordará el análisis de fenómenos que impactan la protección especializada —como migración, explotación sexual, crimen organizado y reclutamiento—, con el fin de generar modelos de atención. Asimismo, se trabajará en la optimización de los procesos de atención para enfrentar la lista de espera y en una evaluación del impacto de los programas del SNPE.
“Es un desafío multidimensional sin solución obvia y donde tenemos que sumar nuestros saberes y ponerlos a colaborar entre ellos y con el SNPE. No es fácil, pero es donde tenemos que estar porque creemos que justamente en hacerlo se juega buena parte de nuestra identidad: una universidad compleja y católica” – Francisco Gallego, prorrector de Gestión Institucional.
“Es una colaboración muy importante porque nos queremos poner al servicio del SNPE para enfrentar quizás uno de los desafíos relevantes que enfrentamos hoy como sociedad. Es un desafío multidimensional sin solución obvia y donde tenemos que sumar nuestros saberes y ponerlos a colaborar entre ellos y con el SNPE. No es fácil, pero es donde tenemos que estar porque creemos que justamente en hacerlo se juega buena parte de nuestra identidad: una universidad compleja y católica”, comentó el prorrector de Gestión Institucional Francisco Gallego.
Para llevar a cabo las acciones y gestiones necesarias para desarrollar estos proyectos, investigaciones y actividades de formación, la UC pondrá a disposición a académicos, profesionales, investigadores y estudiantes en actividades de docencia, investigación y vinculación con el medio.
