19 de Noviembre de 2025
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Los paneles solares tienen una vida útil de 30 años y entre sus componentes hay metales pesados, como plomo, cadmio y telurio, que si no se gestionan adecuadamente, pueden liberar sustancias tóxicas al suelo y agua, afectando los ecosistemas y la salud humana.
Por Ana María Bolumburu
La energía solar ha potenciado la transformación energética en Chile. Sin embargo, este desarrollo, tan necesario para el planeta, también conlleva una amenaza ambiental menos conocida: los residuos fotovoltaicos.
Los paneles solares tienen una vida útil de aproximadamente 30 años y entre sus componentes se puede encontrar silicio, aluminio, vidrio y metales pesados, como plomo, cadmio y telurio, que si no se gestionan adecuadamente, pueden liberar sustancias tóxicas al suelo y agua, afectando los ecosistemas y la salud humana.
Con más de 12,5 millones de módulos instalados y una proyección que anticipa 50 mil toneladas de desechos de este tipo para 2030 y un peak de 120 mil toneladas anuales en 2046 -según cifras del informe de RIGK e In-Data– la acumulación de residuos en el norte del país amenaza con transformar el desierto en un basural de alta tecnología.
“El auge de la energía solar ha sido clave en la transformación energética de Chile, pero junto a este importante avance, existe un riesgo de convertirnos en un cementerio de paneles fotovoltaicos. La contaminación derivada del desecho de paneles solares es un desafío emergente en Chile, dado el aumento exponencial de su uso en proyectos fotovoltaicos, especialmente en el norte del país, donde contamos con la radiación solar más potente a nivel mundial”, advierte Eduardo Schott, académico de la Facultad de Química y de Farmacia y miembro e investigador del Centro de Energía UC.
“El auge de la energía solar ha sido clave en la transformación energética de Chile, pero junto a este importante avance, existe un riesgo de convertirnos en un cementerio de paneles fotovoltaicos. La contaminación derivada del desecho de paneles solares es un desafío emergente en Chile, dado el aumento exponencial de su uso en proyectos fotovoltaicos, especialmente en el norte del país, donde contamos con la radiación solar más potente a nivel mundial”,.- Eduardo Schott, académico e investigador UC
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Ausencia de infraestructura robusta de reciclaje
La Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (Ley REP), promulgada en 2016, intenta abordar este problema al incluir los paneles solares como productos prioritarios, exigiendo a productores e importadores responsabilidad en la gestión de estos residuos. Sin embargo, la normativa no especifica claramente las acciones de reciclaje o disposición final, dejando la responsabilidad a iniciativas individuales de las empresas, lo que limita su efectividad.
“Actualmente, Chile enfrenta limitaciones significativas en la gestión de estos residuos, debido a la ausencia de una infraestructura robusta de reciclaje. Los paneles desechados a menudo terminan en vertederos o áreas desérticas”, afirma Schott, quien llama a fortalecer la regulación e “incentivar el proceso de reciclaje de estas tecnologías, que están inundando grandes espacios en nuestro desierto”.

Reutilización de paneles solares en viviendas
No obstante, existe algunas iniciativas que se están implementando para mitigar el impacto ambiental de esta tecnología. Una es la “minería urbana”, que busca recuperar materiales valiosos (silicio, aluminio, cobre) de los paneles desechados, con un potencial de generar beneficios económicos de hasta US$29 millones y 6.700 empleos en los primeros años.
También se están explorando opciones de reutilización de paneles aún funcionales en aplicaciones de menor escala, como alumbrado público o viviendas, aunque la fragilidad de las celdas fotovoltaicas limita esta práctica.
Además, empresas y asociaciones están comenzando a desarrollar procesos de reciclaje que incluyen desmontaje, separación de componentes y tratamiento de materiales tóxicos, pero aún no existen plantas de reciclaje a gran escala en nuestro país.
El académico afirma que, para fortalecer la gestión de residuos fotovoltaicos, Chile necesita avanzar en políticas públicas más específicas y en la creación de infraestructura especializada.
“Diseñar paneles más reciclables desde su origen es un desafío técnico y ético que debe ser abordado desde la academia y la industria, pensando en una transición justa que no deje pasivos ambientales”.- Eduardo Schott, académico Facultad de Química y de Farmacia y miembro e investigador del Centro de Energía UC.
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El Ministerio de Medio Ambiente está trabajando actualmente en un reglamento para regular el manejo de residuos electrónicos, incluyendo paneles solares, en el marco de la Ley REP, con discusiones previstas para establecer metas de valorización.
Pero a juicio del académico esto “aún no es suficiente”, sino que se requiere, además, apuntar a “diseñar paneles más reciclables desde su origen”. “Este es un desafío técnico y ético que debe ser abordado desde la academia y la industria, pensando en una transición justa que no deje pasivos ambientales” (…) El desarrollo de estas capacidades requiere una colaboración público-privada efectiva, donde el Estado lidere con políticas claras, las empresas inviertan en tecnología, y las universidades aporten conocimiento de frontera”, subraya.
Dice que, en el intertanto, “la educación y concienciación pública sobre la importancia de elegir fabricantes con programas de reciclaje son cruciales para minimizar el impacto ambiental y aprovechar las oportunidades económicas de una gestión sostenible de los desechos solares”.


