Estas son las claves para desarrollar la comprensión lectora desde la infancia

Decodificar, según la RAE, “se refiere al acto de descifrar un mensaje codificado aplicando las reglas inversas del código para recuperar el mensaje original”. Una acción que realizas, sin darte cuenta, mientras lees este texto. 

Pero leer involucra mucho más que poder unir letras o pronunciar correctamente palabras.

En la Evaluación Internacional de las Competencias de la Población Adulta (PIAAC) 2023, realizada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el promedio de comprensión lectora en adultos de entre 16 y 65 años fue de 260 puntos de 500. En Chile, en cambio, se alcanzaron 218, cifra menor al promedio internacional.

Y es que, de la mano de la decodificación del texto, debe ir la comprensión de este. Así lo detalló Catherine Snow, profesora de Harvard, experta en el desarrollo del lenguaje y la lectoescritura infantil, quien visitó Chile a mediados de octubre para la reunión anual de la Fundación ProLEER —de la cual es fundadora— que se realizó en el Campus Oriente UC.

“Un texto con un contexto en que el niño entienda que decodificar es para comprender, no para pronunciar perfectamente; eso no es el gol” – Catherine Snow, profesora de Harvard. 

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Cuando se enseña a leer “se empieza con letras, sílabas y decodificación de palabras, lo que es necesario, pero las palabras deben estar dentro de oraciones o de cuentos. Un texto con un contexto en que el niño entienda que decodificar es para comprender, no para pronunciar perfectamente; eso no es el gol”, explicó la académica.

La distinción entre el código y el significado es lo que, según la experta, entorpece el proceso de la comprensión lectora. Debe haber una integración de ambos conceptos para que los niños y niñas pasen de leer una lista de palabras a entender lo que está escrito.

“En muchas aulas tenemos una clase para decodificar y otra para entender, pero hace falta integrar estos dos conceptos”, aclaró Snow, y agregó: “Hay cosas para memorizar —las letras, los fonemas, etc.—, pero lo más importante es entender y leer para comprender”.

Además, enfatizó que la falta de comprensión lectora en los niños, niñas y jóvenes es el “resultado de una pedagogía con demasiado énfasis en la lectura de palabras correctamente, sin esta integración”.

“Un fenómeno virtuoso”

En Chile persiste el desafío de mejorar la comprensión lectora. Los resultados del SIMCE 2023 muestran una recuperación de los puntajes previos a la pandemia en cuarto básico y segundo medio —272 y 248 puntos, respectivamente—, lo que refleja un progreso, aunque todavía existen brechas importantes en esta área.

Soledad Concha, académica de la Facultad de Letras UC y organizadora del encuentro de ProLEER en Chile junto a Alejandra Meneses, señaló que en los últimos años ha ocurrido un “fenómeno virtuoso” en el país. “Especialmente después de la pandemia, se ha ido consolidando un consenso sobre los enfoques, las prioridades y las formas de enseñar lectura”, explicó.

Políticas como Leer, Escribir y Comunicarse (LEC) para Aprender o el movimiento de la red Por un Chile que Lee han ayudado al país a alinearse con la necesidad de tener un “enfoque equilibrado para la enseñanza de la lectura, que combine la adquisición del código con la dimensión de la comprensión lectora”, dijo Concha.

La importancia del vocabulario, el conocimiento y la comunicación oral

Si bien leer se asocia con el lenguaje escrito, la comunicación oral juega un rol fundamental en la comprensión lectora, según la experta de Harvard, ya que “lo que necesitan los niños es crecer en una cultura de conversación, en donde puedan hablar con adultos y tener experiencias. 

“Lo que necesitan los niños es crecer en una cultura de conversación, en donde puedan hablar con adultos y tener experiencias interesantes para discutir”. interesantes para discutir”- Catherine Snow, profesora de Harvard.

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Junto con lo anterior, el desarrollo del vocabulario y el conocimiento del mundo ayudan a pasar de la decodificación a la comprensión. “Los libros infantiles son recursos para ampliar los tópicos que se hablan y el vocabulario que se oye. No es absolutamente necesario un libro para aprender a hablar, pero es una herramienta para los padres porque introduce nuevas palabras, nuevos tópicos, nuevas ideas”.

Además, la experta recalcó que “parte del trabajo del profesor es enseñarle al niño vocabulario y conocimiento del mundo; eso es demasiado esencial para comprender. Se pueden leer textos sobre el mundo, sobre cosas reales; así el niño integra la nueva información del texto con la información que ya conoce”.

La académica UC comentó que en Chile aún no se ha establecido con claridad el rol que tiene la comunicación oral en la comprensión lectora, lo que se refleja en la falta de políticas pedagógicas. Una de las primeras es LEC para Aprender, la cual lo operacionaliza mediante las discusiones productivas, que buscan guiar las interacciones orales.

“Todavía queda un gran desafío en la formación docente y en cómo se aplica en las aulas lo que llamamos ‘discusión productiva’: una metodología de diálogo que busca enriquecer el vocabulario, el conocimiento del mundo y el pensamiento crítico de los estudiantes. Ese es un rol clave de la escuela, y aún tenemos un largo camino por recorrer”, recalcó.